Vas a brillar cariño, te lo prometo.


"Un día más, es un día menos."


    No puedo evitar sentir que le estoy fallando si dejo que todo suceda. Cada día que pasa nos encontramos más cerca del final y mis ojos no pueden parar de llorar día si y día también.

    Es mi tercer perro. No he tenido nada de buena suerte en lo que animales de compañia respecta; de pequeña se me morían los peces que compraba todas las navidades en el pin, cuando nos mudamos del piso de castro a esta casa grande que tiene terreno perfecto para un perro, mi prima nos regaló un foxterrier; Silver. La verdad es que era muy malo, de pequeño era muy cariñoso y jugueton, hasta se echaba la siesta conmigo en el sofá. Pero al crecer se volvió envidioso y arisco, no se dejaba acariciar, si te acercabas echaba a correr, se escapaba... Y en una de las noches en las que se escapó le atropellaron y mi pobre no sobrevivió. Era malo, pero yo le quería y lloré por el igualmente. 

    Tiempo más tarde mi prima también nos regaló un pastor vasco gordote de ojos azules, precioso; el primer Hartza que entró en casa. Mi pobre no cumplió ni los cuatro meses y se puso enfermito. Una vez más tuve que despedirme de mi amigo. 

    Meses más tarde, buscando un paster alemán nos ofrecieron un Golden, se convertiría en el  nuevo Hartza de la casa, mi Hartzote. Blanquito, gordote, cabezón, tremendamente bonito... Desde el primer día enamoradísima de él. Es la raza de perro que siempre había querido tener, son muy listos. Creció, aprendió muchísimas cosas casi sin enseñarle; a sentarse, a tumbarse, a darnos las patitas dependiendo de la mano que le pongas, a esperar sentado hasta que le digas que a comer... En Agosto hizo tres añitos y algo que le pasa dentro de esa cabecita va hacer que no pueda ver el cuarto... Y esto si que me duele... Esto si que me está matando por dentro... Podría decir que ha sido mi mejor amigo estos tres años, que ha vivido mis alegrias, mis penas, mis enfados... Que me he enfadado con él y aún así ha venido a darme la patita y a llenarme de pelos... Cuando necesitaba escapar le montaba en el maletero y huiamos juntos. 

    Nose cuanto queda exactamente para tener que despedirme de ti cariño, pero te juro que voy a hacer todo lo posible para que sean los mejores días de tu vida y puedas disfrutar al máximo. Y que siempre que pueda voy a estar a tu lado llenándome la ropa de pelos.

    Todos vamos a echarte muchísimo de menos, pero Golfo y yo vamos a notar más que nadie tu ausencia, te lo juro. Tequiero muchísimo mi vida y no voy a olvidarte nunca.

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